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La Burbuja del Código

¿Se puede crear, vivir o incluso sobrevivir en un mundo fuera del código?

Ajenos a las modas, un creciente porcentaje de quienes pretenden integrarse al precario y competitivo mercado laboral se topan con la necesidad de manejar un lenguaje que les es solapadamente ajeno. Independientemente de su origen pero con una sola base cultural, independiente del oficio pero orientado a referencias matemáticas y por supuesto a un visión cada vez más abstracta de la realidad.

Jaron Lanier explica soberbiamente en su manifiesto "You're not a Gadget" lo que implica haber aceptado regir nuestras vidas en base a un sistema de archivos que ahora ya ni se cuestiona, además de implantar una dictadura de sutiles pre-concepciones que excluyen la realidad de nuestras vidas, corrompiendo también a entusiastas de los algoritmos quienes han provocado desastrosas fluctuaciones en los mercados.

El solo intento de proponer otro manera de administrar la información para contribuir a la eficiencia de nuestra experiencia social e individual se podría asemejar a una herejía en tiempos de la inquisición.

El papel fundamental que representa la conveniencia del diseño al ocultar la complicación de las herramientas o servicios que tenemos a nuestra disposición aún necesita una mano humana para construir esas cómodas interfaces que interactúan con el usuario final. Entonces, la manera en que esto se traduce al cada vez más omnipresente mundo binario es a base de código.

¿Se puede crear, vivir o incluso sobrevivir en un mundo fuera del código? Probablemente sí, pero de aquí a tan solo 10 años parecerá mucho más difícil. Aprender código para el futuro - a corto y mediano plazo - parece hasta indispensable, pero esto no impide recordar el caso de Lingo, un lenguaje de programación orientado al contenido multimedia y que ahora se encuentra en un limbo de rentabilidad al que pronto parece que se le sumará ActionScript.

Google ya pone a prueba ideas como Blockly para motivar el aprendizaje de código y distintas iniciativas privadas o publicas ofrecen soluciones diversas que complementan sistemas educativos básicos o simplemente ayudan a adquirir conocimientos básicos para aplicar en la cambiante economía.

El dominio del código en sí representa más ventajas que inconvenientes, pero es ahí donde la adversidad puede forzar a intelectuales, artistas, docentes y creativos a un extremo en que ya no parecen necesarios si ya tenemos suficientes emprendedores y suficientes algoritmos.